3 feb 2011

Le Vel d´Hiv y el monte de venus

Acudo a las urgences adultes (00:08h, Hôpital de l'AP-HP Hôtel-Dieu, Ille de la Cité, 4éme arrondisement). Aunque Bernadette es enfermera -de consulta médica- queda aterrada por la sangre. Me he clavado en la mano un cuchillo mientras intentaba cortar el salmón. No me lo he clavado, sino que ahora una parte de la palma de mi mano se abre como debería haberse abierto el salmón. Los cuchillos japoneses los carga el diablo. Envolvemos la mano en un paño limpio de cocina, cruzamos el Sena.

Hôtel-Dieu es un hospital de urgencias policiales y médico-judiciales. Mientras esperamos pasan delante de mí putas y otros expertos en menudeo ilícito esposados o acompañados de gendarmes. Un magrebí más alto y delgado de lo que hubiera podido imaginar entra sujeto por esposas a dos policías y, por lo que logro distinguir de los gritos y la sangre, con un disparo en un hombro. Lumpen en general con todo tipo de lesiones. Algunos salen del calabozo de la vecina prefectura porque han ingerido llaves, cuchillas u otro tipo de objeto de difícil digestión. También hay algunos otros accidentados normales, como yo. Seguro que había 10 ó 20 hospitales públicos más agradables que este o clínicas privadas hasta elegantes. Pero Bernadette me trae aquí.

Ocho puntos de sutura en el monte de marte, o región tenar. Junto al monte de venus. Debió extrañarme porque la enfermera -Dominique Zbiss dice la tarjeta plastificada que lleva sobre el pecho- me miró mientras cosía y con una sonrisa me aclaró que hay más de un monte de venus en nuestros cuerpos. Y, a menudo, en conexión anatómica. Sonrío a pesar del dolor. Me pasa una mano cálida -tiene la palma más clara que su anverso, como recuerdo la de Mona- por la mejilla y me dice que no tenga miedo. Tiemblo. Pienso que tiene razón. Dominique me cuenta -para distraer mi atención- que es de origen tunecino: el cabello muy negro, la nariz ancha, los ojos marrón caramelo, la piel canela bajo la bata blanca de enfermera, y que llegó a París hace 10 años a estudiar enfermería.

Me dice que las mujeres tunecinas han jugado un papel importante en lo que sucede hoy en la calle en su país: primera línea. Y las autoridades han acusado a estas mujeres llenas de libertad por dentro de ser -literalmente- putas sodomitas. Incluso han manipulado toscamente videos pornográficos poniendo en ellos sus rostros y enviándolos a sus familias. Me cuesta creerlo, pero lo leo después en los diarios. Nada nuevo para ellas: llevan años tratando de desenmascarar una dictadura -en Europa nadie piensa que en Túnez hubiera una dictadura- vestida de aparente normalidad: clases medias, turismo, desarrollo económico... Ahora el mundo se escandaliza como el prefecto Renault en Casablanca: ¡qué escándalo, He descubierto que aquí se juega, porque en Túnez quieren quedarse los del anterior régimen en el nuevo gobierno de la supuesta democracia -¿donde pasó eso antes... en España quizá?-. Mientras la policía confraterniza con el pueblo y se hacen puzzles con ministros sin contaminar, van más de 200 muertos. No, no hay dictadura. La democracia y los Derechos Humanos están en el centro de todo: Estos son nuestros valores y creemos que deben ser respetados por las autoridades, se dice por aquí. Por eso mantenemos relaciones diplomáticas, económicas, institucionales y políticas con ellos. ¿no?

Sin apreciar arrepentimiento alguno -todo lo vemos desde la pantalla, emocionalmente ausentes ya- y casi con otros 200 muertos en las calles, escucho que Israel apoya a Mubarak -qué importa el pueblo...- y que la UE no quiere que se hunda Egipto -...si lo que nos importa es la economía: cuidado con los petrodólares-. Oligarcas que explotan a estos pueblos con el apoyo de Occidente. ¿Nadie recuerda al joven piloto de combate instruído en Frunze, la actual Biskek, capital de Kirguistán, entonces república de la URSS, aliado de Siria y que sucedió a el-Sadat, a Nasser? Internet, dicen, es un reguero de pólvora que arde, es la democratización de la información (los periodistas se han acomodado a la mentira, amordazados pero dentro del juego, de estos países teocráticos). Los tanques -allí no son verdes como aquí, sino del color de la arena del desierto: el mundo no es global, ni redondo...- no disparan de momento. Ahora Marruecos: Tánger y Fez. Yemen. Argelia... Turquía da lecciones de democracia. Pero hay que levantar la alfombra de las redes sociales y el facebook para darse cuenta de que debajo sigue la brecha social, el hambre, la explotación infantil, los médicos a 100 dólares/mes, la miseria sin dignidad, centro y periferia. ¿Cuando se acabe la periferia?

De Egipto a París (Francia ausente). El gris no es la democracia en el totalitarismo del blanco y del negro. Verano del 42. Decía por ahí que las pasadas vacaciones leí: Dora Bruder, Modiano; Suite Française, Nemirovsky; Velódromo de invierno, Salabert. Hace unos días vi en cine Elle s'appelait Sarah, sobre el libro de Tatiana de Rosnay, y La Rafle. Mientras aquel verano del 42 la burguesía francesa colmaba las terrazas de París escasa de moral -no desanimada, sino inmoral-, se trabajaba duro en el Lago Wansee: 1942. Eichmann. Endlösung der Judenfrage. Sección IVB4, Gestapo. Francia: la orden se trasladó a la policía francesa, que se afanó en perfeccionar la redada con 9.000 gendarmes. Beneplácito de Vichy: Trabajo, Familia, Patria... pero nada de judíos. 13.000 arrestados. Le Vel d´Hiv, derruido en 1958. Sobre su solar se levanta hoy la sede del Ministerio del Interior de la República Francesa. No hay hoy ninguna -ninguna- calle en Francia con el nombre del héroe de Verdún: Petain. Al terminar la guerra fue condenado a muerte; conmutada la pena a prisión perpetua -las cadenas con grilletes ya habían desaparecido-, degradación y estigma de traidor a la patria. Hasta los ochenta los libros de texto no dijeron nada de los miles (4.000 niños) de franceses judíos deportados y muertos. Seguimos mirando a otro lado. Los de hoy tampoco hablan de Argelia, Túnez, Yemen, Marruecos, Libia, Egipto...

Los puntos ya se han caído. Y Jacques se parece al joven Belmondo de À bout de souffle. Pero a mitad de la segunda escapada se desinfla y tengo que acabar yo sola, monte de venus con monte de venus. Recuerdo a Dominique mientras me corro. Él se disculpa. Gana dinero donando esperma (60 pavos cada paja, 3 veces por semana, dos días de abstinencia antes de cada donación, 720 al mes). Era el domingo, su día de descanso.