10 sept 2008

You belong to me...

La amistad, dicen, es una relación afectiva entre dos personas y nace cuando los sujetos de esa amistad se relacionan entre sí y encuentran en sus seres algo en común. O sea, una relación de uno con otro yo. Se trata, se ve, de una de las más comunes relaciones interpersonales que la mayoría de los seres humanos tienen a lo largo de sus vidas. Parece algo sencillo, fácil de conducir, usual. Vaya, que hasta un tonto puede tener una relación de amistad, amigos. Hasta podriamos llegar más lejos, más allá de lo interpersonal: aquello de que el perro es el mejor amigo del hombre.

Yo propondría otro concepto de amistad que permitiera hacer más suyo al sujeto y librarlo del yugo de la subjetividad, de las relaciones interpersonales. Es la norma la que regula los comportamientos, no los sentimientos. ¿La amistad es un alma que habita dos cuerpos, un corazón que habita en dos almas, como decía Aristóteles? ¿Como decía Platón en uno de los diálogos de 'El Banquete' sobre la amistad y el amor: El misterio del amor lo enmarca en cuatro grados: amor a la belleza de las almas; amor a la belleza corporal; amor a los conocimientos y amor a lo "bello en sí". Marcuse, con influencia de Hegel, Marx, Heidegger y Freud, concibe la transformación de la sexualidad en "eros", partiendo del hecho de que liberados de la tirania de la razón represiva, los instintos tienden hacia relaciones existenciales, libres, duraderas. Lenin sabe que los procesos de explotación se desarrollan en el interior mismo de las relaciones personales, que lo político no sólo debe denunciar esas realidades desde una perspectiva democraticista, sino que debe desarrollar todos los instrumentos sociales para que las relaciones interpersonales sean también relaciones de liberación. Y, sin embargo, para mí cada vez es más difícil separar lo “personal” de lo “político”. Me quedo con la belleza corporal.

Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la salud. Pero, en realidad: ¿qué es la amistad? ¿el paso previo a follar? ¿un peaje? ¿por qué hay personas entre las que existe tensión sexual y, sin embargo, necesitan sentirse amigas antes de acostarse? Los diccionarios dicen que la amistad es favor, afinidad, pacto, deseo, anudar, trabar, conexión (¿física?) entre cosas, deseo, amancebamiento, o sea, trato sexual habitual sin matrimonio. Un crescendo, vaya. Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato. ¿Voy yo a Martinica por amistad? ¿Compartía cama y asiento de vespa por amistad? ¿La amistad explica cada vez que follo sin amor pero con empatía? Y la pregunta del millón, ¿es posible la amistad entre dos personas entre las que existe una pulsión sexual, ya hombre-mujer, ya mujer-mujer, ya hombre-hombre?

¿Todo esto por qué? Porque tengo una espina clavada en NY, llámala G., que hace que la palabra amistad me atormente las más de las veces. G. es fotógrafa -ay, sweet pretty angel- y vive en Brooklyn desde hace más de un año. Nos conocimos en Madrid y hay una tensión sexual tan densa entre las dos que podría tomarse entre las manos. Dos continentes. La última vez que la ví fue en una visita suya a París el pasado marzo. Cenamos en un restaurante judío del Marais, paseamos hablando hasta la madrugada, nos acostamos a dormir juntas y nos despertamos sólo habiendo dormido. En realidad debió dormir ella porque yo comí techo toda la noche consumida por un deseo inconsumable, por su cuerpo de diosa, su mente rápida, su inteligencia, sus preciosas tetas, su cabello y vello rubísimos. Habla siempre de la gente que quiere sin ser querida, de la amistad como valor... y este verano me pidió en nombre de nuestra idem -apenas ya vía mail- que la visitara en NY. Ni amistad, ni mail, ni sexo, ni NY. ¿para qué la amistad si yo lo que quiero es follar con ella?

G. me escribió hace unos días desde NY diciéndome que se decía a sí misma:

Lo primero que pienso es: Joder, soy un desastre, debería de escribir ahora a Luna. No se lo merece. A mi también me gusta saber de ella, me gusta leerla. Ese es el problema; solo puedo leerla. ¿Podré tener una amistad con Luna más allá del mail? No eres mujer de grandes palabras. De tus amigos necesitas la cercanía, la confianza. Con Luna no tienes ninguna de las dos si no es por mail. A mi me gusta escribir en calma o cuando estoy muy mal. No es un hábito en tí la escritura. Ahora mismo no estás en calma. Durante este año de viaje, la mayor parte de las veces que has escrito a Luna estabas mal. Tienes amigos a los que no has escrito más de diez líneas en el último año y sabes que al volver la relación va a estar intacta. No tengo el compromiso de escribirles, no el compromiso con ellos sino conmigo misma. Con Luna, ¿sabes si es así? ¿podrías llegar a construir esa amistad más allá del negro sobre blanco, hacer real esa amistad? Me decías en tu último mail "Que esto no es lo que esperabas de nuestra amistad (supongo que sin ánimo de reproche)..."

Pagar con la moneda del olvido. El rencor. Abofetearla si estuviera delante de mí... para luego caer desarmada ante sus encantos. Los continentes distintos, G.: ¿no ves que nuestra nuestra amistad sólo es una excusa para que nos demoremos una noche entera -y todas las que sigan, con sus mañanas y sus tardes- entre los pliegues más recónditos de tu geografía, de la que hasta ahora sólo he atrapado tu alma, una mano tibia en la noche fría y tus labios -y no todos-? G., el amor no se ve desde la orilla, hay que ir a por él...

19 comentarios:

Anónimo dijo...

Si tuviera un amigo le diría que te leyese.

Luna Roi dijo...

Pues dile que me lea, y tendrás un amigo.

Anónimo dijo...

Los amigos son una herida en la espalda dejada para otro día.
Pero se lo diré. Y ya seremos dos, como decía el título de Gala Antonio, dueños de heridas.

Anónimo dijo...

Spinoza, en alguna de sus cartas, habla también de este aunto.
MT

Luna Roi dijo...

MT, la amistad de orden afectivo era para Spinoza prácticamente una contradicción en los términos.

Alberto, G. es una herida abierta por la que me desangro por deseo y desidia (tiraría la toalla, pero lo voy dejando)

Anónimo dijo...

Querida, la relación de amistad, chez Spinoza, era un compendio de afectos reunidos alrededor de una pasión común que, en algunos casos, era una causa exterior. Eso sí, el sexo lo llevaba fatal desde su juventud.
Felicidades por su inteligente escritura.
Abrazos,
MT

Luna Roi dijo...

Anónim@ MT, agradecida por tu felicitación. El sexo siempre es un lío -tan agradable-, hasta para los cartesianos. Del gran Baruch se, modestamente, apenas nada.

Anónimo dijo...

Si me permite, el sexo no es un lío. El lío viene antes y después. Sobre todo después. Gracias por prestar atención a mis comentarios.
El gran Baruch, por cierto, sabía mucho del deseo.
Saludos,
MT

Luna Roi dijo...

Después... Inteligente precisión de quien, intuyo, acumula una dilatada experiencia en los extravíos del deseo. Creo que en realidad debí decir deseo, no sexo.

Y un educadísimo trato.

Un placer.

Anónimo dijo...

Es cierto que los cartesianos siempre se han interesado por los asuntos del deseo. Es más, el mismo Descartes, nada recatado, escapaba de camas ajenas con los pantalones en la mano. Cosas que pasaban.
El placer es mío.
Saludos,
MT

Luna Roi dijo...

El alma se agita por los espíritus que la disponen hacia las cosas que estima como convenientes... Vivamos hacia adelante!

Anónimo dijo...

En el caso de que podamos, es un buen lema.
Le dejo otro: nitimur in vetitum semper cupimusque negata...
Saludos,
MT

Luna Roi dijo...

Lo prohibido, lo negado, lo placentero, en fin, siempre interponiéndose en nuestro camino... Ovidio era sabio, y poco se ha inventado nuevo. Y desde 1917 a hoy, menos.

Luna Carmesi dijo...

Tengo grandes amistades a cientos de kilometros y pasamos incluso meses sin hablarnos, la afinidad es completa... Amistad con mayusculas. Tal vez la verdadera familia...

En cuanto metemos tensión sexual no resuelta el rio puede traer aguas turbias... E incluso nuestro comportamiento ya es ... o puede dejar ser espontaneo...
Somos fisica y quimica...Ademas de no dejar de pensar... claro!

Besos!

Anónimo dijo...

Creo que tiene razón. Desde la interiorización del tiempo como tiempo revolucionario, poco o nada ha sucedido.
Abrazos,
MT

Luna Roi dijo...

Luna Carmesí, podemos elegir a los amigos, la familia viene dada. Y la Amistad, a veces, es la herida en la espalda de Alberto m., o los desvelos de G.: "hoy las promesas de retorno, de amor, de honor no perduran estancadas en el aire como antaño. Hoy en día la paciencia va contra toda ciencia". Yo, sin embargo, he oido decir -lo comparto- que la paciencia es virtud, y creo que tiene que ver -gracias, MT- con la "interiorización del tiempo como tiempo revolucionario".

Beso

Anónimo dijo...

Los viejos bolcheviqes decían, aunque es frase que se han aplicado muchos colectivos, que la paciencia es virtud revolucionaria.
Saludos,
MT

marcela dijo...

desde la orilla sólo se ve el "otro lado", hay que cruzarla.

Luna Roi dijo...

Yo no crucé a la otra orilla, lo hizo ella. Y -tierna y hermosa- revoloteó sin posarse, se elevó y marchó. La tentación fue decir aquel tópico de los telefilms: 'siga a ese coche', pero... tras la enajenación llega la calma.