28 mar 2009

Read books, repeat quotations...

Soy quien soy. Por eso amo y olvido. Por eso escribo. Pero también necesito jugar. Desvelarme. Evadirme. Bellezas y consternaciones. Cuando me enamoro no hablo de ella. Camille se pinta los labios y queda por casa un reguero de vasos, tazas y copas con la huella roja de sus labios. He configurado por mi misma mi gusto luchando contra todo: sociedad, costumbres, moral, educación, libros... leo y dudo de mí. Mi vida gira en torno de mi vida. Pero también en torno de los libros, no se por qué. Hay otra consternación y otra belleza. ¿Cuál es la materia o el color de nuestros sueños?¿Cómo se configura nuestra realidad? La cultura no es la ciencia, la cultura hoy es consumo... consumo, ocio, arte... configurados por el gusto. Gusto limitador de nuestras preferencias, acciones, ideas, actitudes, que conforma nuestros criterios y disposiciones hacia las cosas. Gusto conformado, a su vez, por nuestro origen, nuestra pertenencia a una clase social.

Mientras Camille se ajusta las medias con un pie apoyado en el sofá -hay medias de seda de Camille secándose junto a todos los radiadores de la casa, y sombreros y chalecos de raso y zapatos de charol brillante y tacón inverosímil, y... Camille ocupa todo el aire de esta buhardilla, como los pájaros que vuelan ocupando el espacio entre las nubes- pienso que es más fácil amar para siempre. Porque no existe. Porque amar para siempre es mentira. Amo a Camille durante lo que me queda del día, desde las 18:00 a las 24:00, y sus noches, pero también necesito amar a alguien más un par de horas al día, algún día por semana. Olympia, Caroline... Diréis que es follar, no amar. Pero, ¿es fácil esto? No hago daño, no engaño a nadie: se que puedo amar, amarte durante dos horas. Y regresar.

Libros de la infancia, libros releidos, libros de.... de muerte, de vida, de lucha, de amor, de revolución, de barbarie, de guerra, libros hechos con sangre y por los que se derramó sangre, tejidos con dolor, macerador por el alcohol y que narran situaciones límite, excéntricos, libros perseguidos escritos por los perseguidos, libros ocultos escritos por escritores ocultos, madurados entre rejas, escritos sobre las paredes... Ahora, libros escritos para ser leidos por onanistas culturales -antes libros leidos y compartidos-. Ya no hay libros prohibidos.

Lomos de los libros siempre a la vista en sus estanterias donde repasar nuestras cortas vidas jalonadas de títulos y autores, de ideas que nos han hecho dudar de nosotros mismos, que nos han configurado, que nos han construido como los seres que somos. El olor del papel de los libros y el rastro de sus palabras. La era Gutemberg no termina aunque agonice y gima: decían los medios -que es no decir- italianos este invierno, los franceses después, hace unos días los españoles: más títulos y menos tiradas, más ventas, mas gente que escribe y publica y más libros que nunca en la guillotina y hechos pasta de papel. Libros no perecederos, sin fecha de caducidad, dicen. Libros que, más que nunca, no dicen nada, no explican nada, no aportan nada. Libros, solo, en términos de negocio. Cuidadosas cubiertas que no cubren nada. Módulo repetitivo en las estanterías de supermercados y pasatiempo vacío entre estación y estación. Porque...

...¿Qué libros de los publicados en los últimos 50 años quemaría hoy Goebels en Bebelplatz, cuáles de esos libros estarían hoy en el Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum? Entonces eran Girodano Bruno, Diderot, Gide, Zola, Sartre, Balzac, Rabelais, Descartes, Hume, Maeterlink, Erasmo, Montaigen, Rousseau, Mann, Sade, Hugo, Stendhal, Pascal, Saint-Simon, Comte, Kant, Gibbon, Marx, Remarque, Heine, Bretch, Zweig, Freud... estaba preparado el patíbulo y no había condena. Hoy ni habría condenado. Este es un tiempo en el que casi nada está escrito, porque siempre fue así.

Camille, en fin, ya arreglada y antes de salir me dice ojeando lo que escribo: no te equivoques, Luna: las mujeres no leen más que los hombres: están más solas. Borro y anoto. Y pienso a continuación: el mundo ya no es lo que era, ahora todo es sexo: sexo -apacible y desapasionado entre kalashnikovs olvidados- en la Mukata, capitalismo obsceno muriendo en manos del capitalismo -dinero gratis-, pontífices que hablan de condones y pornografía católica en las pantallas de las escuelas católicas. Me acostaré temprano este sábado.

11 mar 2009

I got mixed-up confusion (it's a-killin' me)

Creo que no le he pedido a nadie nunca lo que es mío, igual que nunca te he mentido aunque haya pensado, alguna vez haya necesitado más de un minuto contigo, aunque sólo sea de atención a una vencida, a una derrotada... por el tiempo, por los lugares transitados...

No, no es verdad. No soy de verdad. No hay una certeza de que yo exista. Sea. Esté. Siquiera en París. Ojalá hubiera nacido. Pero, como suele decirse, a mí me hicieron. De cero, a partir de las cosas que encontraron por casa. Vivimos a merced de los silencios. Sabemos mucho unos de otros. No sabemos nada unos de otros. Hacemos por no encontrarnos. Nos buscamos. Lo mejor, en ocasiones, es perderse, al fin, de vista.

Negación: no, nadie sabe nada, siquiera del pasado de uno. Menos del presente. Y aún cuando te hagas algunas preguntas distraidas acerca de lo vivido, de los retazos, sabes que te lo puedes inventar todo: una vida nueva. Nadie hará comprobaciones. Puedes, según vas contando esa vida imaginaria, sentir las bocanadas de aire fresco cruzar esos lugares áridos que antes asfixiaron las horas, esos años abolidos. Todos esos años abolidos. El tiempo.... el tiempo es una referencia, como lo es el espacio. La orilla izquierda lo es respecto de la dirección en que fluye la corriente del río. Más que una mera situación geográfica Rive gauche designa un modo de vida, una configuración del gusto, una idea. Y un tiempo. Una época. La misma corriente que me detengo a mirar desde los muelles cada tarde, agua con la densidad y el color del plomo al anochecer. Vagar nocturno. Luego cruzo sobre otro agua, como si cruzar el río me amparase de algún peligro inminente. Pero... ¿cuál es la referencia general? ¿Cuál para el norte y el sur de un océano, de una estrella, de una constelación, del universo? ¿Respecto de qué? Nortes sureados u orientados respecto al oriente, ¿Por qué no un mapa cuyos norte y sur fueran el este y el oeste? ¿Y la del tiempo? ¿Cuál su referencia?

Somos presente. Pertenecemos al presente. Ni al pasado ni al futuro. No a lo que fue ni a lo que será. Pertenecemos al presente y ese presente, el hoy, es la zozobra: lo circunstancial, lo que es o no es: lo eventual. Inquietud. El tiempo es inquietud. El futuro es objeto de deseo. Es la acción. El tiempo es también espacio. Es el espacio de hacer, de actuar, sobre todo de desear. Lo que queremos que pase. Lo que será. Anhelo. Los cambios hoy transformarán el futuro. Aceleramos hoy y transformamos el futuro. Aceleramos las posibilidades de cambiar nuestras vidas, de lo que podemos esperar. No podemos deshojar el tiempo, dejarnos despojar de nuestro tiempo, del tiempo futuro. Debemos darle la forma. El tiempo es precioso. El tiempo antes que nada. El vértigo del tiempo, de nuestro tiempo coincidiendo en el preciso instante del tiempo de la historia, ése donde tal vez todo sucede con demasiada rapidez. Simplemente, todo sucede.

En realidad no nos envejece el paso de los años, sino nuestra relación con el tiempo. Cuando el presente se desvanece o se detiene, cuando se trastorna la temporalidad, cuando entramos en un futuro que no nos pertenece porque no coincide nuestro tiempo con el tiempo de la sociedad que nos ampara, que sucede, cuando no aceleramos nuestro presente para ser parte de los cambios, de la historia, de la nuestra, cuando la aceleración se frena, cuando las cosas dejan de parecernos cómicas a la mirada del niño que fuimos, somos, deberiamos ser...

Gracias a dios todo pasa deprisa, / la pena incluso; también el amor. / ¿Dónde están las lágrimas de anoche? / ¿Dónde la nieve del año pasado? (B. Brecht)