No se si sabré explicarlo: la leo y me conmueve. Porque me parece inteligente y melancólica al mismo tiempo. Hermosa y triste. Ella también me lee y pide que le diga quién soy. No se de ella, como ella no sabe de mí. Y, entre tanto, enredándome en su soledad, escribo en el portátil: "¿tienes nostalgia del futuro?", las letras van apareciendo en la pantalla al ritmo de mi torpe 'taper', poco a poco, dedo a dedo, negro sobre blanco, y se demora a mi pregunta: "sobre todo de saber quién eres..." Y respondo rápido: "Eso no es nostalgia, sino curiosidad... (curiosidad con los mismos puntos de suspense de 'eres...'). No me robes el misterio. Déjame seguir mirándome en tu espejo. (Timidez muy obvia)".
Me estoy enamorando de ella, desconociéndola, porque habla de sueños y cosas imposibles, de comienzos, perdones y felicidad, pero también de oscuridad, otoños, silencio, abrazos que nunca llegaron, lágrimas y sonrisas derribadas sin remedio. De ojos verdes que nunca se atrevieron a decirse, que nunca nadie reconoció, de llorar y no llorar, del paso del tiempo y de la lluvia, del amor, de las sombras, del odio, tal vez del desamor. De la soledad. De echar de menos, dormir poco, hablar poco, ¿reir?
La fragilidad de los vínculos humanos, el sentimiento de inseguridad que esa fragilidad inspira y los deseos conflictivos que ese sentimiento despierta, provocando el impulso de estrechar lazos, pero manteniéndolos al mismo tiempo flojos para poder desanudarlos. Relaciones humanas, mujeres y hombres desesperados al sentirse fácilmente descartables y abandonados a sus propios recursos, ávidos de la seguridad de la unión y de una mano con la que contar en los malos momentos: desesperados por relacionarse. Y, a la vez, desconfiando todo el tiempo de estar relacionados. Oscilación entre el sueño y la pesadilla. Relaciones que encarnan la ambivalencia, que ocupan nuestro centro de atención, el centro de atención de quienes somos, como Zygmunt nos llama, individuos líquidos modernos, de aquellos ya desvinculados de los vínculos inquebrantables.
Es amor líquido, amor que no existe porque ella -alteridad- no es nada más que palabras inteligentes y sensibles asociadas a un rostro bello con unos ojos muy transparentes, verdes y limpios. Deseo. Un perfil lleno de mis propias reminiscencias, en las cuáles me reconozco, lleno de lo más íntimo de mi distancia interior hasta los sueños, y su locura. ¿Qué significa lejos? Significa frágil, como ese amor si existiera. Fragilidad -hoy- de los vínculos humanos. Apenas conexión. Miedo a lo duradero. Virtualidad a la medida del entorno de esta vida líquida en que las posibilidades románticas fluctúan a velocidad de vértigo con la promesa de que la siguiente será más gratificante y satisfactoria que la anterior. Uno siempre puede oprimir la tecla delete, dice Bauman. ¿Por qué a veces no lo hacemos?
Estoy segura, es así: en Internet nada es lo que parece. ¿Seré yo la que soy? Mientras nos escribimos, ella y yo, y después escribo esto, Marie está sentada -ajena a todo- en la alfombra leyendo un ejemplar del Amor líquido, de Zygmunt Bauman, que acabo de leer, y que le he recomendado muy interesadamente.
Me conmueve, me estoy enamorando de ella, y ni por un momento me ha pasado por la cabeza la palabra 'follar'. Debo estar cansada. Me voy a la cama...
(Amor líquido, como el dinero liquido que fluye sin parar estos días por los desagües neoliberales hacia los sótanos del poder que escapa en desbandada: Islas Caiman, Suiza… No sucede nada: el dinero no desaparece, ni se destruye, ni cambia de manos: sólo pasa de una a la otra, como las bolas de los malabaristas, hasta que desaparece delante de nuestros ojos sin dejar rastro. Ese dinero era nuestro…)
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31 comentarios:
"En internet nada es lo que parece" y nos enamoramos de Avatares de nuestro propio deseo. Hay una gran dosis de imaginación y creamos esos "amados-amantes virtuales" a imagen y semejanza de aquello que necesitamos, porque luego fuera, se acabó la fantasía y el cuento es otro. Pero es placentero mientras dura y no hay que temerle a lo duradero, todo, también fuera de aquí, es efímero.
Deberíamos estar siempre enamorados, incluso de un amor líquido de esos.Los enamorados no reparan... ni en el dinero. :)
El dinero líquido se ha convertido en dinero evaporado.
Un beso
Bien visto, Tesa: evaporado... sin dejar residuo. Pasamos ya de lo líquido a lo evanescente.
Del amor: disfrutar del momento...
y me gustan tanto todas tus palabras que nunca sé que decir
Podemos seguir flotando en esa nube evanescente o podemos también cruzar al otro lado del espejo. ¿Queremos atravesar esa frontera líquida a sabiendas de que, posiblemente, casi nada será igual o preferiremos continuar notando el suave tacto de las nubes virtuales?...
despues de leer esto, definitivamente esperame en Paris.
Rick Blaine tiene un buen café me han dicho. ..
:)
Un beso*
Evanescente. Y también fantasmático.
Visto así es el nuevo bayer, y funciona también para lo otro que es, precisamente, el dolor de cabezales.
Así: Los sitios resultaba que es que eran momentos. Y lo son. Vaya que sí.
Se evapora, el dinero nuestro se ha evaporado. pero el de ellos no. En Moscú, se celebra la feria de los millonarios, un armador griego tiene un barco diesñado por Koons y por Tracy Emin que se llama Guily, y el amor es líquido,gaseoso y yo he perdido el amor y el dinero. Se me evaporan hasta las lágrimas. Es verdad y real, se me han secado.
Me gusta lo que dices, me gusta lo que escribes y me gusta lo que lees. Es decir, me gustas tú.Es una declaración...de principos.
Trilce, di. Déjame disfrutar de tu disfrute. Dí.
+Claro: nada es igual al otro lado de la frontera líquida. Vida líquida. Miedo líquido. Modernidad líquida, fragilidad humana.
"El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos", le decía ella a Rick. Rick añadía: "Recuerdo cada detalle. Los alemanes iban de gris. Tú ibas de azul".
Al final, siempre nos quedará París... Borderlife
Inteligente texto, Bellaluna. En su línea.
Lo líquido preside nuestras vidas y Bauman ha sabido, a la vejez viruelas, armar un concepto intuitivo y literario: omnicomprensivo.
Hace años, cuando Bauman se dedicaba a asuntos serios, escribió "Modernidad y holocausto" y nadie le hizo ni caso.
Bienvenida de nuevo tras un largo mes de ausencia.
Saludos,
MT
Alberto: los sitios son momentos, los momentos se desvanecen, y su lugar lo ocupan nuevas personas en lugares nuevos que, devenidos en momentos etc., etc.
Un beso, evanescente
Edith: quién ha visto y quién ve a Moscú. Entonces importaban las ideas y los kalashnikov, ahora sólo el dinero.
En cuanto a tu declaración de... principios, como señala Bauman: elijamos entre el amor -centrípeto, constructor- y el deseo -centrífugo, destructor-. Me quedo con el deseo.
Vd. siempre, MT, me elogia. Y le agradezco. Modernité et holocauste (La Fabrique, 2002) lo he leido en francés, y me ha costado digerirlo. De mi último viaje a España traje Amor líquido y Miedo líquido. Y tengo pendiente adquirir Modernidad líquida y Vida líquida. Espero no ahogarme... y sobrevivir.
Sobrevivirá al sarampión "líquido". Sobrevivirá, intuyo, y saldrá reforzada. Como casi todos los virus, su efecto sorpresa se diluye con el paso del tiempo.
Es cierto que "Modernidad y Holocausto" es un libro duro.
Con la cantidad de estupideces que se leen al día, ¿cómo no valorar textos escritos desde la inteligencia?
Abrazos y saludos,
MT
este suceso, hermanado con el cambio de estado, al final va a tener que ver mucho con el bluff feromonal. Lo veo cada vez que visito una agencia comercial, así como en el decomisos. Y nunca parece un bluff. Sólo cuando sales.
Tengo dudas, Luna: ¿dejas atrás el amor líquido (deseo) y vislumbras en internet el amor de tu vida? Ese Bauman debe estar un poco mayor ya, intuyo...
MT: duro, pero esclarecedor. El libro.
Y, creo, vd. me sobrevalora. Le trato (o la trato, no se) de vd. por cortés educación y respeto -imagino que es mayor-, y sin embargo peina unas ideas poco convencionales, para los tiempos que corren.
El libro, definitivo sobre la materia. Comparable al Hilberg.
Entiendo que el resto del comentario se refiera al otro Anónimo que le pregunta cosas sobre el amor e internet...
Abrazos,
MT
MT: tal vez me refiera a vd...
Luna: eres un misterio para mí, porque usas palabras comunes que modelas como si fueran de estaño, y tus ideas se deslizan como mercurio sobre marmol pulido. Cuidado al tiempo que improvisado.
Admirador ; )
eso de enamorarse de ideales... que cruel es, cuando te das cuenta que las personas no son lo que uno cree...
kizas enamorarse de alguien de internet, no es enamorarse de alguien ke no es, es enamorarse de una parte de esa persona, sin tener en cuenta el entorno ke rodea a esta persona a diario...
es un tema fuerte...
Gracias por tu comentario =P
Gracias por el elegante requiebro, querida. Lo recojo como un cumplido.
Ignoro si existe relación entre los términos "amor" (no en el sentido de Bauman) e internet.
Peino canas, sin duda, e interpreto los puntos suspensivos como si fueran pistas...
Saludos,
MT
MT: no digo que no sean el camino a seguir, los puntos suspensivos... a mí siempre me han intrigado. Los sigo, por eso.
SoPher: el placer, mío. Lo complejo es enamorarse. De qué o quién sea. Adorable.
¿Un sendero de puntos suspensivos? Siempre es más agradable surcar nuevos caminos. Y estos, suspensivos, inquietantes, inciertos (los de la vida real-material), parecen senderos (casi) de gloria.
Quedo a su disposición.
Saludos,
MT
y me vuelvo a leer lo que escribes y me quedo líquidamente emocionada.
Luna, bella, dame más
...escribe
:)
Bellaluna, soy una lectora silenciosa, pero tengo que decir que ésta es una de las mejores entradas que he leído en mucho tiempo. Tus palabras rayan a la altura que rayan porque, entre otras cosas, tienes la increíble facultad de revivir lo que se quiere ocultar de la realidad.
Se quiere el reflejo de uno mismo como a sí mismo, no hay más que la filautía, y el amor al otro acontece por necesidad e identidad... recíproca. El amor, en cualquier medio (virtual, real) en cualquier estado (incluso líquido) es así.
Un saludo
Gracias, Sirena. La palabras las tenemos ya todos en la cabeza. Sólo hay que entenderlas y ponerlas en orden. Sentir y, por qué no, odiar. A veces duelen. A veces acarician. Soñar y darte de bruces con la realidad.
Después, todo es lo mismo.
(Se sigilosa, pero no silenciosa)
Un beso.
quiero hacerte preguntas,
no quiero sorprenderme,
ni encantarte, ni estremecerme.
Sólo hacer preguntas, quizás así, me ayudas con mis respuestas.
respuestas hijas de la fantasía de que las hay, y de que estos seres extraños colgando de un blog, pueden ayudar a encontrarlas.
a pies delcanzos.
No existo...pero aquí me inventas
amaparodias@gmail.com
un abrazo.
Pregúntame, Amparo, pregúntame, no se si sabé responderte lo que esperas oir. Pero te responderé con mi mayor sinceridad. Beso...
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