1 jul 2008

Plaza roja

Aquí París. Me dicen que hay ecos de la supuesta fiesta 'roja' -vendemos la felicidad muy disfrazada para que parezca que es felicidad lo que no es sino pan y circo- en la Place Saint-Michel: la fuente se inunda de banderas españolas y los patriotas de a pie, espontaneos y maletillas, gritan y torean los automóviles con capotes patrios para cabreo de los parisinos, gente seria y ya de por sí cabreada -la politesse, de momento, no les deja ir más allá de su rictus tenso de prisas y razón: no suelen gritar demasiado los parisinos desde la ventanilla de sus autos. ¿Hablamos en realidad de fútbol? ¿O hablamos de la sombra sociológica con la que aún cubre el franquismo buena parte la sociedad española? La crisis acecha y hay que tapar las nubes oscuras de lontananza con un complejo atrezzo de horizontes luminosos -y generacionales- que deben durar hasta más allá de las Olimpiadas.

De fútbol, pues. ¿Cuántas banderas hemos visto ondear estos días que hacían volar el aguilucho que se resiste a emigrar definitivamente? ¿Cuantos gritaron un '¡Arriba España!' -incluidos algunos que radiaban estas noches 'rojas'- que a más de uno le llevó un impulso reflejo al brazo derecho cuando, lapsus linguae, en realidad sólo querían decir un castizo '¡Viva España!' que, aun así, me devuelve el dolor a los huesos? ¿Hemos olvidado el pasado de Luis Aragonés, de impasible ademán? ¿A Marcelino de cabeza marcándole a Rusia un gol? ¿Y los comentaristas...? Camacho, prietas las filas de españolismo y la cartera bien llena, el gordito de gafa y barba pintándolo todo de orgullo generacional, como ZP. La música de Escobar inundando de franquismo y polanquismo la 'Plaza Roja', por si acaso hacía falta desvestir de mito las palabras, echar a perder espacios de la Historia, los 'rojos' inundando las calles aledañas, tomando plazas, cortando el tráfico: la calle es nuestra otra vez. Y los futbolistas, futuros acreedores de la medalla al mérito del trabajo, llegando por la N-II en coche/camión descubierto como si fueran el propio Eisenhower acompañando al caudillo. Por si faltaba algo, todas las demás emisoras conectando a la hora en punto con el 'parte' de la Cuatro.

Yo veo esto, y eso que podría ser hija -espuria, claro- de cualquiera de los orgullosos coetáneos generacionales de ZP. Señor...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Se me había olvidado que ahora vienen las olimpiadas.
Qué perezón.

(Señor, el de tu última frase ¿no será el que marcó más de uno en el doce a Malta?).

Me haces siempre pensar en algo para escribir yo. En fin.

Más claro, agua dijo...

Y el Saint Michel ese, ¿no será el ex jugador del Real Madrid?

Dios mío, ¡estamos rodeados de pasado en blanco y negro! ¡Lo de la marea roja es sólo para despistar!

;-)

Luna Roi dijo...

Alberto, si te doy pie... ve cogiéndolo; soy huidiza. Y ya pienso en otro tema, algo que he soñado.

Al hombre agazapado: b/n, no hemos salido de ahí más que para dar un rodeo y volver para nunca más salir.

Bien visto los dos el juego de palabras, o de nombres. Ay, hombres...